A fuego lento
He repartido mi vida entre amores ligeros, amores baratos, amores vacíos, amores llenos de soledad, amores de una tarde, amores de una noche, amores de pocos besos y pocas caricias, amores de pocas palabras.
He mal invertido mi tiempo. Ya he probado las prisas el sexo exprés y los amores precipitados. La abolición de los preliminares. Los ombligos pasajeros. Los te quiero a primera vista. Los cuerpos fugaces. Las bodas en Las Vegas. Las cremalleras atropelladas. Me enamoré de personas desconocidas y las desquise a contrarreloj. Ya no quiero eso.
Me doy cuenta que necesito un amor eterno, un amor de cuento, un amor de novela. Aunque sea una mezcla de todo o ni siquiera sepamos qué es, nos desmorone los huesos, un amor del bueno. Necesito un amor a fuego
L
E
N
T
O.
No quiero a una persona segura de lo que quiere, pero sí segura de que me quiere. Y ya está. No pido que nunca deje de dudar, pero sí que me tenga claro. Claro que quiera tenerme en su vida.
Así que el pirata se saca el parche y que se suba al barco quién quiera.
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