Anatomía de un ataque de nervios Parte III: Neurastenia

¿Podré vencer lo que mi corazón me quiere decir? Todas las señales se mancharon de sangre. ¿Podré engañarlo a tiempo? Para no desaparecerme en mi interior.
Creo que ya sé la respuesta, encerrada y encadenada en mi corazón. Hay una oscuridad en mi corazón, lentamente tomando todo el control. Mis ángeles perdieron la batalla.
Es una guerra interior y estoy perdiendo la batalla. Dejé de sentir mientras iba persiguiendo esos sueños que no me dejaban dormir, pero los demonios de debajo de mi cama me siguen atormentando.
Perdiendo mientras mis ambiciones arden y la pasión muere con cada batalla que pierdo, mientras mis demonios bailan alrededor de la hoguera creada con mis sueños rotos.

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¿Estoy a tiempo de cambiar? Debería haber escuchado las voces de los ángeles que me decían que me detenga. ¿Valió realmente la pena?
No me atrevía a ver la verdad en mi corazón, sacrifiqué todo por algo no que no me hizo bien. Miles de voces susurran a mí alrededor, como un vago recuerdo. Partes y piezas pérdidas, suenan como una melodía hipnotizante que me hace caer.
Querido ángel, hace tiempo que dejé de escuchar y los demonios están haciendo su propia canción en mi cabeza. Háceme a tu voluntad y deténeme del pecado que voy a cometer, porque al final del día no se puede lavar la sangre de mis manos.
Hace tiempo crucé el punto sin retorno y aquí estoy cayendo, a pesar de tu advertencia. Perdóname por no dejarte que me hicieras ver las consecuencias. Merezco estar pagando el precio.
Es una guerra en mi interior y los ángeles están perdiendo la batalla, estoy perdido, estoy solo. Pero todavía queda una acción que puede salvarlos y dejaré que está guerra llegue a su fin, sea cual sea el resultado… mientras los demonios bailan.