“Civilizadas” manos violentas,
Tiñeron las calles de rojo,
Los ríos se tornaron carmesí.
Una vez fue un paraíso,
Ahora un infierno.

La piedad está escondida,
Viendo al pueblo caer.

“Cazador, déjame ir,
Solo soy un niño.
¿Qué ganas con quitarme lo único que me queda?
Suéltame, déjame partir.
Arrójame a mi suerte.”

Pequeño niño, inocente
Navega para salvarse.
Juega con las aguas.
Se mece en las olas
Y disfruta el añorado silencio.
Lejos de la costa,
Lagrimea por su pueblo que vio caer.

La civilización le robó la inocencia.
A salvo lejos del mundo,
El niño sueña con volver.

“Desearía volver a ti,
Sentir la lluvia
Caer dentro de mí
Y convertirme en la noche,
Que cubría las llamas
Donde me contaban historias
De vidas pasadas”

El recuerdo en sus ojos,
Lo convierten en un río de lágrimas.
Una vez estuvieron allí
Y el mundo era suyo.

Del río a la montaña,
El niño vaga fantasmal.
El viento juega con su cabello,
El cóndor lo llama.

Solo y sin esperanzas,
Decide abrir sus alas y volar.
Abre los ojos y allí está,
Su pueblo, su gente.
Reunidos alrededor de las llamas,
El pequeño niño se une a ellos
Su pueblo ahora tiene nuevas tierras:
El cielo eterno.