Con un gran dolor de cabeza, con un gran dolor en el corazón, con mucha tristeza,
este joven, inmaduro y estúpido muchacho se quiere desahogar… pero no tiene nadie con quién hacerlo, esta triste, cansado, quiere gritar, quiere contarle a todo el mundo a quién ama, pero no, tiene miedo, mucho miedo. Esta realmente enfermo, puede llegar a caer en la locura, su alma llora porque él quiere mostrarse fuerte, llora por dentro, sufre una desdicha familiar, sufre un golpe del pasado, sufre, sufre y sufre… le gustaría, más bien le encantaría. que todo se terminara aquí y ahora, pero no, debe seguir peleando y no sabe de dónde sacar fuerzas. Pobre e inocente. Él es el corderito de Mary, es bueno, y ellas solo juegan con él, pero parece no interesarle porque ama a una de ellas. Ellas lo ven triste y enojado, pero ninguna se le acerca a preguntarle cómo está, por qué esta de esa manera, no, parece no importarles, parecen no querer relacionarse mucho con él. Pero él esta desesperado, muy ansioso, muy solo, extremadamente solo.

Todos los momentos felices se van como el viento. “Nada es para siempre”, tan quemada frase como verdadera. Es increíble como los estados de ánimo pueden cambiar, con solo una palabra, un hecho, una mirada, un sonido, una canción, un poema, una letra y peor si vienen de la persona a quién amas.


Por favor, miéntanme, díganme que siempre estuve enfermo, y todo esto tendrá sentido para mí.