
POEMA: déjame ir al cielo
A veces me gustaría creer que me dijo esto antes de irse. No hubo tiempo para despedidas pero muy pocas veces las hay.
Mi tiempo aquí se ha terminado
Mi misión ha sido cumplida
Puedo marchar en paz
Ellos me están esperando.
La luz brilla sobre mí,
Indicándome el camino.
El barco está en la orilla,
Y su tripulación está casi completa.
Los grandes están entre ellos.
Quizás yo no merezca estar aquí
Pero el destino es a donde pertenezco,
Un premio que me han otorgado.
Prende una vela,
Si así lo deseas.
Respiraré el amor
Aunque no esté aquí.
No queda tiempo para despedidas,
Mi alma vuela y yo con ella.
Nos vamos hacía el sur,
Donde todo es inmenso y azul.
Déjame ir al cielo,
Mis pecados han sido perdonados.
Mi sangre está fluyendo,
Me curaré con el calor del sol.
Escucho violines
Y el celestial coro de ángeles
Caigo hipnotizado ante su encanto
Y desaparezco en las aguas.
Te observaré desde aquélla nube,
Estaré en esa pequeña estrella,
Observando, guiándote.
Déjame ir…
Ahora solo soy un alma más
Pérdida y vagando en el océano,
Mi destino está en las olas.
Soy uno con las aguas
Uno con la mar
Ahora y para siempre,
Dentro del azul.
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