
Poema del niño muerto
No vivo más para avergonzarte, no a mí, no a ti.
Lo siento
Nacido del silencio, un silencio lleno de él
Un concierto perfecto, mi mejor amigo
Tanto por lo que vivir, tanto por lo que morir
Si solo mi corazón tuviera un hogar.
Escribe lo que no puedes decir,
Olvida lo que no puedes plasmar en papel.
Apúrate por ahogarte en esos hermosos ojos.
Camina dentro de mi poesía, está melodía moribunda.
Mi canción de amor para nadie…
Nunca suspiré por un mundo mejor,
Ya está escrito, interpretado y contado.
Cada pensamiento, la poesía que escribo,
Todo, un deseo para la noche.
Escribí para el eclipse, escribí para la virgen.
Belleza muerta, el único en el jardín.
Creé un reino, alcancé la sabiduría.
Pero fallé en convertirme en un Dios.
Si lees estás líneas,
No recuerdes la mano que las escribió,
Recuerda solo el verso.
El llanto del escritor, aquél sin lágrimas.
Porque le he dado su fuerza
y se ha convertido en mi única fuerza.
Confortante casa, regazo de madre, una oportunidad por inmortalidad.
Donde ser querido se ha convertido en una emoción,
Una que nunca conocí… El dulce lápiz escribiendo mi vida.
Enséñame pasión, porque me temo que se ha ido.
Muéstrame amor, contén al abandonado.
Hay tanto que quisiera haber dado a los que me aman.
Lo siento.
Ya no vivo para avergonzarte, ni a mí, ni a ti.
Y a ti… Desearía no sentir más nada por ti.
Un alma solitaria, un alma oceánica.
Hay tanto que quisiera haber dado a los que me aman.
El tiempo dirá…
Un alma solitaria, un alma oceánica.
Leave a Comment