Los encendí por un minuto, me dije que todavía podía existir algo bueno detrás de toda mierda. Entraron a mi vida cuando más los necesitaba, los conocí casi por obligación aunque estoy seguro que si las circunstancias hubieran sido otras, igualmente hubiéramos llegado a ser amigos.
En el camino aprendí a quererlos como son, a soportar sus imperfecciones y complementarnos. Siempre sabíamos que podíamos contar los unos con los otros, aunque el objetivo sea un beneficio para uno y un perjuicio para el otro.
Pero todo cambio… la puerta que mantenía mis sentimientos apagados se rompió. El delgado velo que los mantenía ocultos bajo la superficie estalló en mil pedazos. Y cuando intenté juntarlos, las partes son tan pequeñas y filosas, que comencé a sangrar… sangrar… y sangrar.
Una nueva figura llego a mi vida, ¿el amor? Aún estoy en el proceso de conocerlo, de entenderlo. Dije que no quería apresurarme, sin embargo estamos yendo más rápido de lo que deberíamos.
Los mundos colisionaron y yo quedé en el medio. Cada mundo es único para mí, ahora no podría estar contento sin ninguno, pero ambos ya no pueden coexistir.
El delgado velo se rompió y mis sentimientos comenzaron a hacerse sentir. No sé si esperé mucho, yo solo esperaba lo que yo di, pero no. Tengo que aprender a no esperar.
El delgado velo se rompió y quizás solo el tiempo lo pueda curar… aunque sé que es solo un concepto y que hay mucho que ni él puede sanar.-
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