Hay una historia sin contar que muchos sospechan, una historia que se murmura en los pasillos más oscuros e incógnitos de los lugares a los que vaya, una historia que muchos prejuzgan, que a muchos parece interesarle, como si fuera antinatural, como si fuera diferente a ti o a mí.
Es una historia muy real, tan real como los sentimientos que la originaron, sentimientos muy inciertos y confusos, sentimientos que a veces intento negar.
Es una historia que aconteció sin la mirada del mundo, el único que la conoce soy yo, aunque muchos creen poder imaginarla.
Es una historia que vive en mí y solo conmigo quiere morir. No quiere ser escuchada, no quiere aparecer en ningún libro, no quiere ser un poema, no quiere estar en ninguna boca, no quiere ser musa de nadie.
Es una historia silenciosa que me consume por dentro, una historia de mi vida que queda plasmada en un viejo estante polvoriento en algún diario olvidado dentro de mi mente. Es una historia que está debajo de mi piel, es una historia que fluye por mis venas salvajemente.
Es una historia que me acompaña, duerme a mi lado, sabe mis penas, me consuela, conmigo está feliz y, aunque no lo quiera, es la madre de todas mis historias.
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