Pablus - Basado en hechos reales
  • Inicio
  • Categorías
    • Mis escritos
    • Personal
    • Poemas
    • General
    • Series
    • Video
    • Peliculas
  • Descargas
  • Contacto
Inicio
Categorías
    Mis escritos
    Personal
    Poemas
    General
    Series
    Video
    Peliculas
Descargas
Contacto
Pablus - Basado en hechos reales
  • Inicio
  • Categorías
    • Mis escritos
    • Personal
    • Poemas
    • General
    • Series
    • Video
    • Peliculas
  • Descargas
  • Contacto
Browsing Tag
mis creaciones
Mis escritos Personal

Pesadilla o realidad

16 de marzo de 2017 No hay comentarios

Un sonido como cuchillas se abre paso en tus oídos, la alarma de otro día de trabajo. Las luces de neón marcan las 03:35 a.m. y la música que elegiste de alarma hace unas semanas, ya empieza a cansarte y la odias un poquito más con cada día que pasa. Te pones a dar unas vueltas y piensas que hace un rato estabas muy lejos de todo eso, inmerso en otro espacio, en otro tiempo.

Tomas la fuerza de la obligación y te levantas. Escuchas el sonido ensordecedor de la soledad, esa que te acompaña hace varios años. Vas al baño y te miras al espejo, piensas en qué momento te hiciste tan pálido.

Y lo mismo de siempre, correr al colectivo, el chofer que te mira con cara de pocos amigos y el pequeño viaje de cinco minutos al trabajo. Llegas, te pones ese uniforme digno de un esclavo de la sociedad aunque a veces te hace sentir superior, pero siempre intentas recordar que estás para servir y no para ser servido.

Nunca sabes con qué te vas a encontrar, es un trabajo impredecible. Pero tu mente siempre es la misma, están las mismas preguntas e ideas dando vueltas. ¿La amo? ¿Sentirá ella lo mismo? La ambigüedad de relaciones te desconcierta. ¿Es un él o es una ella?

Las rutinas solitarias de ejercicio diario te hacen aún más sumergirte en esos pensamientos. A pesar de que tienes conocidos allí, ellos te conocieron obligadamente por ser compañeros de trabajo y le terminaste cayendo bien como para que tengan pláticas espontaneas de cómo estás y esas vulgaridades comunes.

De regreso a tu pequeño departamento, aquél que todavía no puedes llamar hogar, lamentas todos tus errores, esos que aún te persiguen y asechan. Esos errores que parecen nunca acabar de dejarte ver lo bueno de ese mal sueño llamado realidad.

E6C

Te hechas en el sofá y prendes la notebook, buscas las series del día anterior televisadas en un país del norte que ves en diferido porque te crees superior a toda programación nacional. Pero ¿de qué sirven todos esos reflejos polvorientos que tratan acerca de la vida, del amor, la muerte y del destino? ¿Fueron suficientes para alcanzar tus sueños? Si al final te acobardaste argumentando que tenías otras cosas en mente.

El cansancio empieza a hacerse notar y tus parpados te pesan, sin darte cuenta caes rendido en el sofá. Tu espíritu está cansado y abandona tu cuerpo, sin darte cuenta el manto de la noche cae lentamente.

La noche –como tus años- pasa de largo, entretanto pasan los días sobre tu lugar adornado con fotos de una vida pasada, esos amigos que aunque están lejos, sigues queriendo, algunas fotos de personajes de series y fotos de tus padres y del menor de tus dos hermanos. El café endulza tus horas pero la vida va pasando.

Nuevamente te asalta el cansancio. Experimentas un ensueño difuso, real y volátil. En él, escuchas a un médico diagnosticarte alguna enfermedad extraña, peligrosa y tal vez aterradora ¿Era epilepsia? ¿Era cáncer? Hay un hospital inmortalmente blanco y una máscara de oxígeno.

Despiertas sobresaltado, sudando y con escalofríos. ¿Fue una pesadilla? Claro que lo fue, te dices a ti mismo.

Es uno de tus días libres, decides salir a caminar. El sol temprano te alimenta, fatigas largas veredas de baldosas desacomodadas de Buenos Aires, aquélla ciudad que aunque te vio nacer, no la consideras tu ciudad de origen porque no te criaste allí. Caminas por calles y avenidas. El tiempo pasa, pero las horas no. Cruzas puertas, parques, kioscos y jardines. La gente y los autos atraviesan la ciudad; tu mente, el firmamento. Percibes algo que en todos tus años jamás habías advertido, te preguntas si estaba oculto dentro de ti o ignorado ahí fuera. El crepúsculo mancha la tarde, tú ocupas un banco en la plaza vacía.

Al llegar a casa te hundes en tus sábanas blancas, acelerando el amanecer. Es sábado ya, pero las pesadillas son perseverantes. Esa noche te has sentido atrapado, sin poder ver y apenas respirar. Vuelves al espejo que arroja el mismo resultado de antes. Te gustaría que el espejo mintiese, pero al fin de cuentas un espejo solo ve la superficie, solo la apariencia.

Te miras al espejo y giras alrededor de tus propias mentiras. Todos estos años te has dicho sácate ese anillo de bodas, tíñete ese cabello, trágate esa valentía. Tus días habían estado saturados pero nunca de vida.

Y el tiempo pasa.

Recordar la escuela y tu breve paso por la universidad es inevitable, aquellos maravillosos años que nunca volverán. Te levantas en medio de la madrugada y abres tu viejo cuaderno, poemas y fragmentos de una hipotética novela se escurren en el papel. El deseo por escribir te consume. Lo haces libremente y sin pensar si vale la pena o no, como casi siempre.

Plasmas en el papel la esencia de lo aprendido estos días, desarrollas reflexiones puntuales sobre la vida y cómo crees tú que le podría servir a los demás. Tu ilusión crece mientras tu lápiz impasible rellena cada renglón vacío. El tiempo se evapora.

Despiertas una hora antes del amanecer, la hora más larga y más fría, con quince páginas repletas de tinta, textos largos, párrafos con puntos suspensivos, palabras tachadas y el cuello adolorido. Con agradable somnolencia te diriges hacia tu cama. La oscuridad te abraza con sus infinitos brazos y no escuchas nada más que tu respiración convulsiva. Recuerdos se amontonan en tu mente: Ariadna, tu trabajo, tu vida, tu familia y amigos, tu adicción, tu enfermedad.

Desesperado por salir, intentas romper a golpes las tablas que te dominan, tu cuerpo bañado en sudor frío pugna dentro del ataúd. Es inútil… Has consumido tus uñas rasguñando el cajón. Metes tu mano al bolsillo, descubres varias hojas de papel dobladas (¿quince?), están desgastadas y huelen a tinta. La penumbra te impide leer sus palabras escritas. Preguntas y respuestas sacuden frenéticamente tu cabeza.

¿Todo lo vivido anteriormente fue una pesadilla o realmente ocurrió? Además, ¿cuál sería la diferencia entre lo soñado y la realidad? ¿Dormías y recién despertaste o esto es sólo es una pesadilla más? Un tsunami de preguntas sin respuestas inundan tu mente y tu vacío corazón se llena, mientras respiras el último soplo de vida que te resta.

Continue reading
Written by: Pablus
Mis escritos

El último rezo

7 de febrero de 2017 3 comentarios

El pobre idiota me disparó tres veces, pero al ver que seguía avanzando intento huir lloriqueando. Esa 9 mm, lujosa, lustrada, nueva, no tenía lo que tiene que tener un arma para detenerme. Los proyectiles picaron un poco pero atravesaron mi cuerpo como si nada y aún así seguí avanzando. Una cosa es clara: si se te ocurre dispararme, te mato. Así de simple.

Era un mocoso raquítico, escuálido, que parecía chileno o uruguayo, aunque las cercanías con la frontera chilena, podría confirmarme lo primero. Estaba jugando con la pistola sin hacer el menor gesto de discreción. Para los humanos, soy una autoridad competente. Pertenezco a una de las fuerzas con más prestigio del país. Sin embargo, este muchacho se me rió en la cara cuando le regañé. No tuvo mejor idea que dispararme como si fuera nada. Claro, el pobre creía que podía llevarse el mundo por delante.

Me alegré tanto al ver que su actitud cambió drásticamente cuando me acerqué a él. Estaba como para mearse en los pantalones, me llego a dar lástima por segundos. Pero mi humanidad es algo que suele apagarse fácilmente. Mi monstruo interior siempre gana. Corrió, intentó huir, se metió en uno de esos contenedores de basura que hay en los callejones. Con un golpe, le arranqué la pistola de la mano y con otro, le metí el puño en los intestinos.

vmapiregend

En su cara se dibujo esa expresión de “oh” y dolor que tanto me encanta. Se derrumbó con un curioso sonido que me provocó excitación y más adrenalina. Es como el sonido de un pájaro escuchado por su depredador. Le saqué la mano y estaba manchada de sangre y lo que sea que ese imbécil haya comido la noche anterior. Eso me quitó las ganas de vaciarle las entrañas. No me apetecía ni una gota de su sangre.

Me limpié como pude, me incliné sobre él y comencé a hablarle. Como si realmente me importara su vida…

“Escucha, imbécil, infeliz”, le comencé a decir. “Estás muerto. Desde el momento que te atreviste a dar el primer gatillazo, está bien, te entiendo. No sabías lo que era, lo que soy. No lo comprobarás tampoco. Pero voy a ofrecerte un trato. Antes, cuando vivía, solía ir a la iglesia. Y siempre pensé que la confesión era un buen camino para liberarnos de nuestras miserias y estar en paz con nosotros mismos… así que te voy a dar 10 segundos para que te confieses contigo mismo y después te voy a sacar de tus miserias. ¿Entendiste?”

El desangrado muchacho, asintió y comenzó a rezar. Yo comencé la cuenta regresiva…

Continue reading
Written by: Pablus
Mis escritos

Sangre en el alféizar

11 de enero de 2017 1 comentario

Hay sangre en el alféizar. No pasaría nada si la ventana en cuestión no estuviera en un 3er piso, pero tal y como están pasando las cosas últimamente, podría considerarse algo extraño. La policía va a darse cuenta, notará que no hay salida de emergencia ni cadáver en el callejón y empezará a hacer preguntas. Luego, cuando se den cuenta que el cuerpo en el sofá fue drenado de su sangre totalmente, lo sé, habrá más preguntas todavía. Alguien con colmillos terminará sumando dos y dos y estaré en problemas.

En las últimas semanas, pareciera que un viejo enemigo estuviera tratando de hacerme ver como el culpable de todos los crímenes públicos. Así que tengo que encargarme yo de la limpieza, porque en caso contrario, el encargado del edificio dará con el indicado, ya que él sabe de mi existencia y me terminará denunciando. La corte de vampiros usará esto como excusa para convertirme en cenizas. Desde que los desafié a no pertenecer a ellos, están buscando una excusa para expulsarme de toda sociedad. No tengo intención de ser crucificado.

Lo primero es destrozar el lugar en el mayor silencio posible. Queda algo de sangre en el cadáver, así que lo esparzo por todas partes con cuidado de no dejar marcas de mis botas. En el camino, guardo todas las cosas de valor, con la esperanza de que el policía de homicidios, encuadre el caso como un robo… en todo caso, llevará a los policías por el camino equivocado, si deciden investigar.

callejon-oscuro

Luego tiro el cuerpo por la ventana y espero los pocos segundos que tarda en llegar al piso, para escuchar ese agradable golpe contra el pavimento. Ahí vuelvo a perder mi humanidad. Caigo a través de la ventana, miro al cuerpo en una cómoda posición fetal, seguramente tendrá algunos huesos rotos, pero sin sangre no me produce nada.

Escucho las sirenas de la policía acercándose a gran velocidad entre sombras, me adentro en el callejón y me alejo de la luz. Los policías podrán ser rápidos, pero yo no trabajo con meras sombras, yo ejecuto directamente en la oscuridad y yo, soy más rápido que ellos.

Continue reading
Written by: Pablus
Mis escritos

Anatomía de un ataque de nervios Parte II: Como un fantasma

31 de julio de 2015 2 comentarios

Viviendo como un fantasma veo la vida pasando de largo, veo todo pero no puedo participar. Y como un fantasma, me veo a mí mismo y me pregunto ¿Quién soy?

Me dejo caer, lejos de la vida que una vez conocí. Caigo muy profundamente pero la verdad podré encontrar allí y volver a ser quien realmente quiero ser.

Como un fantasma, solo puedo congelar el tiempo. Es un sentimiento muy raro, verme y preguntarme ¿quién es ese chico? Estaba tan roto, tan desganado, tan cansado, que no podía ver. Estaba tan seguro de mí mismo. Pero no me daba cuenta, me estaba destruyendo.

titeressss

Mis propios miedos me han traído hasta aquí, paralizado mientras la vida sigue su curso. ¿Yo? ¿Esa persona? Me veo tan fuera de mí. ¿Reinventarme? Tengo que buscarme. Como un fantasma muevo los hilos de mi propio muñeco de alma pérdida.

Sé que estoy ahí adentro de mi propio títere, pero sigo mirando desde lejos. Posiblemente mis propios miedos me dejan atrapado aquí, miedo a no poder recuperar el camino. Todo esto me ha hecho ver la verdad, me quedaré un tiempo más, como un fantasma en mi propia vida.

  • Primera parte: Anatomía de un ataque de nervios Parte I: El sistema límbico .
  • Tercera parte: Anatomía de un ataque de nervios Parte III: Neurastenia .
Continue reading
Written by: Pablus
Mis escritos

Anatomía de un ataque de nervios Parte I: El sistema límbico

27 de junio de 2015 2 comentarios

Sonidos fluyen lentamente en mis oídos, ensordecedores mientras explotan en mi cabeza. No hay silencio en la paz. Mi mente sigue haciendo sinfonías de pensamientos engañosos.

Pensamientos, sueños y música, reproduciéndose infinitamente porque están atrapados dentro de mí cabeza.

Me abren los nervios, me están matando. Alargando todo, expandiéndose en mi interior. Mi interior está ardiendo y un fuego fluye lentamente por mis venas. Mi mente explota. Nada se siente igual, es tan fuerte que me apagan los nervios, tan fuerte que pierdo el control.

maxresdefault

Las emociones se arrastran lentamente en mi corazón, no sólo la mía, recojo cada señal. Inflamado y dolorido. Mi corazón sigue haciendo tragedias de cosas diminutas. Mi sistema se quema.

Sonidos, palabras y recuerdos, me atrapan, me capturan, están encerrados en mi cabeza.

Me abren los nervios y me muestran la verdad a la fuerza. Mi cuerpo está completamente agotado y da riendas sueltas a que prosperen las emociones ya olvidadas. Adiós “control”.

Siento más dolor, mi sistema me fuerza a ver lo que no quería ver. Un juego mental por temor a lo que me he convertido.

Y nada se siente igual, mientras mi cuerpo se apaga, veo señales que no puedo definir. Pero me están mostrando la verdad por la fuerza. Mi cuerpo está completamente agotado. Adiós “control”… Adiós “ilusión”

  • Segunda parte: Anatomía de un ataque de nervios Parte II: Como un fantasma .
Continue reading
Written by: Pablus
Page 1 of 3123»

Recent Posts

Un día, las únicas mariposas que queden estarán en tu pecho mientras marchas hacia tu muerte

Un día, las únicas mariposas que queden estarán en tu pecho mientras marchas hacia tu muerte

23 de octubre de 2020
Poema del niño muerto

Poema del niño muerto

17 de octubre de 2020
El Reino de Los Cielos

El Reino de Los Cielos

30 de septiembre de 2020
El misterio de los invisibles

El misterio de los invisibles

29 de septiembre de 2020
Máscara silenciosa

Máscara silenciosa

27 de septiembre de 2020

Comentarios recientes

  • Sil en Mas alla del amanecer
  • Julie en Apagar sentimientos
  • Pablus en Apagar sentimientos
  • Pablus Monsoon en El último bar
  • Anónimo en El último bar

Más

  • General
  • Mis escritos
  • Peliculas
  • Personal
  • Poemas
  • Series
  • Video

Etiquetas

amistad amor amy lee centinelas citas Confesiones Creaciones cuentos Cultura English escritos Español Evanescence fantasía filofofía filosofía Fotos Frases General las aventuras de merlin letras merlin merlin cuarta temporada mis creaciones Mis escritos Música Noticias nuevo album evanescence pensamientos de una mente aislada Personal Peso del mundo poema Poemas Reflexiones Relatos relfexiones Series series de magia series epica Sin sentido textos vampire diaries vampiros Videos within temptation

© 2006 - 2020 copyright Pablus // Todos los derechos reservados
Powered by Conversion Insights: Boost your online revenue.  
Descarga el eBook de Centinelas totalmente gratis Descargas