Intento serte indiferente, mirarte desde lo lejos, tenerte gestos fríos pero cuando pensé que estaba logrando borrar todos los sentimientos hacía ti, llegas con un “¿Qué te pasa?” que me revuelve los pensamientos. Es un atrevimiento, que te metas en mi cabeza y ni siquiera sepas que estás ahí.

Te miro desde lejos esperando que mis sentimientos sean solo una mala pasada del destino, un error de la naturaleza que busca llevarme a ti. Te miro y me pregunto si alguna vez me miraste diferente, si alguna vez estoy en tus pensamientos. Te miro y me pregunto si nunca me dijiste nada por miedo a que te rechace, por miedo al qué dirán. Y créeme que te comprendo, más que nadie, si tenés ese miedo.

 

aca

 

No hago nada más que ponerme como tonto cuando me preguntas “¿Qué te pasa?” y siento un pequeño crujido en mi interior al ver que no te complace mi respuesta de “Nada”. Y no pienso insistir en creer que realmente te importa, porque a veces pienso que es solo interés en estar bien, porque te conviene.

Siempre espere por alguien que comprenda todo esto, pero no sé si eres tú el que quiere comprender y yo no te lo permito. ¿Y si estoy equivocado y malinterpreto todo? ¿Y si no querés nada? ¿Y si yo quiero más de lo que me podés dar?

Mejor seguiré mirándote desde lejos que después de todo, no puedo arriesgarme a perder a uno de los pocos amigos que tengo en esta ciudad tan sucia, ruin, absurda y bipolar.